Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

Arnold Schoenberg: Noche transfigurada

Fecha de publicación: 20 de noviembre de 2012

Programas de Mano de la Hemeroteca de Música Clásica de Clasica2  presenta hoy la Noche transfigurada de Arnold Schoenberg con motivo del concierto ofrecido por la Orquesta Sinfónica de RTVE el 21 de octubre de 1999

Noche transfigurada de Arnold Schoenberg

 

música clásicaNOTAS AL PROGRAMA DE MANO. SCHOENBERG NOCHE TRANSFIGURADA

Enrique García Asensio, en su primer programa de la temporada 1999-2000 de la Orquesta Sinfónica y Coro de Radio Televisión Española, nos sorprende con dos obras infrecuentes del repertorio sinfónico. La primera estrenada en 1919 y la segunda en 1843; poco más de setenta años las separan y, sin embargo, son polos opuestos en su expresión sonora.
 
Comencemos por Arnold Schoenberg, una de las más discutidas personalidades de la música de nuestro siglo XX. Schoenberg fue el creador, como expresa el célebre musicólogo Kurt Pahlen, de un sistema que destruía las bases del patrón tonal que había regido durante siglos la música europea y además fue el que supo construir, para salir del caos que produjo su nuevo sistema, un nuevo ordenamiento musical: “la composición con doce sonidos”, más conocido como el “dodecafonismo”. En “dodecafonismo” ya no existen las bases tonales, no hay acordes a la manera antigua. 
 
Ninguno de los doce sonidos establece ni hegemonía ni preponderancia, reinando entre ellos la más absoluta igualdad. Tras tantos siglos en que nuestro oido se había acostumbrado a la percepción de tonalidades y notas básica, el “dodecafonismo” resultó un principio del todo revolucionario. 
 
Arnold Schoenberg nació en Viena el 13 de septiembre de 1874. Fue autodidacta. En 1911 compuso una de las obras más importantes, los Gurrelieder, que estrenaría dos años después, y también en 1911 se trasladó a Berlín. Su obra en general fue vehementemente atacada, así su Sinfonía de Cámara, los primeros cuartetos y primeras composiciones, hoy admitidas por todos los públicos, provocaron escándalos en las salas de concierto como en el conocido caso del Pierrot Lunaire.
 
En 1926 impartió cursos en la Academia de Música de Berlín hasta el advenimiento del nacionalsocialismo que le hizo emigrar primeramente a Francia y Lugo a Norteamerica, concretamente Boston y después Los Ángeles. Europa y América celebraron dignamente su 75 cumpleaños. Arnold Schoenberg murió en Los Ángeles el día 13 de julio de 1951 no sin antes obsequiarnos con la belleza de Peleas y Melisenda o su ópera Moisés y Aaron, sus conciertos para piano y violín, sin mencionar la obra que abre la temporada 1999-2000 de esta orquesta.
 
La noche transfigurada fue escrita hace cien años y lleva el Op. 4 de su catálogo. Fue compuesta en un principio para sexteto de cuerda y más tarde, en 1917, el autor preparó otra versión para orquesta de cuerda cuyo estreno tuvo lugar en Viena en 1919 bajo la dirección del mismo Schoenberg. Aunque esta obra, verdaderamente deslumbrante, se encuentra dentro de su “periodo tonal” como podrán advertir, esto no impidió el “acostumbrado escándalo”. La obra se ciñe a la descripción de un poema de Richard Dehmel, del cual proviene su argumento. El poema expresa lo siguiente:
 
Dos seres caminan por un sendero árido y frío. La luna se desliza por encima de los altos robles que levantan sus ramas desgarradas hacia el cielo sereno bajo la luna. Una mujer habla; confiesa su pecado al hombre que camina a su lado: está embarazada y él no es el padre de la futura vida. Ella había perdido la creencia en la felicidad y añorando plenitud de vida por la maternidad, con sus dulces deberes, se rindió estremecida al abrazo de un hombre desconocido. Creyó que había sido bendita pero ahora la vida se había vengado dándole el amor del que a su lado caminaba.
 
Ella se adelanta vacilante, contemplando con ojos sin brillo la luna que le sigue. Un hombre habla. Que no se cargue su alma con pensamientos de pecado. Mira cómo el resplandor de la luna envuelve al Universo. Juntos están bogando por aguas fría, pero una llama corriendo de un lado al otro los caldea y también transfigurará al pequeño extraño: ella le dará un hijo, pues ella ha inspirado el brillante resplandor interno que también lo ha transformado a él en un niño. Caen en los brazos el uno del otro. Sus alientos se confunden en el aire. Dos seres vagan a través de la noche maravillosa.
 
La noche transfigurada abunda aún en procedimientos tonales derivados del “wagnerismo”, concretamente del Tristán y consecuentemente, rinde tributo a la música germana en el punto en la que la colocaron Bruckner y Mahler. 

Audición de música clásicaAUDICIÓN DE MÚSICA CLÁSICA EN CLASICA2. SCHOENBERG COMPOSITOR

Escuchemos, a continuación, el Adagio de la Noche transfigurada de Arnold Schoenberg. 
 
Schoenberg Noche transfigurada . IV. Adagio
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