"Bran y la Música" es el título de un nuevo relato que hemos recibido para participar en nuestro IV Concurso Literario-Musical de Relatos Cortos de Clasica2. Lo firma la abuela de Bran.
Es media tarde y Bran acaba de merendar. Como cada día Lucía, su madre, le ha preparado su papilla de frutas y le ha puesto música. Hoy le ha puesto un CD de Vincius de Moraes. A Bran le gusta la música brasileña, también el disco de nanas del mundo, la música de Mozart, de Beethoven. El entusiasmo con que agita los brazos y la sonrisa que ilumina su cara cuando suenan no dejan lugar para la duda. Pero lo que más le flipa es la percusión. Cuando su tío le dedica un solo de batería se le pone cara de ¡¡¡“como mola, tío"!!!
Lucía le canta siempre, suavecito cuando se va a dormir y más alegre cuando está despierto, a veces le toca la flauta, el piano, la guitarra. En casa de Lucía no hay grandes lujos, pero instrumentos musicales no faltan. A veces le deja que aporree el piano, cosa que hace con tanto interés que no pueda evitar que las teclas reciban alguna que otra babita que aún no controla. Bran sólo tiene 9 meses.
Cuando Lucía y su hermano eran pequeños en casa siempre había música. Sus padres ponían discos a todas horas y su madre los instalaba en sus hamaquitas al lado del piano mientras ella tocaba, a ratitos. Cuando iban de viaje jugaban a adivinar músicas y cantaban. Cantaban mucho.
Lucia no se imagina la vida sin música, piensa que debe ser gris, amorfa, un poco triste. Sabe que la música agiliza el aprendizaje, estimula el conocimiento, que canaliza las emociones y los sentimientos, y potencia los afectos y las pasiones.
Lucía no sabe como va a ser la vida de Bran. Pero de una cosa sí está segura. Con música será mucho mejor.
La abuela de Bran