Clásica 2

Revista de Ópera y Música Clásica

Mozart escribe al Abate Bullinger con motivo del fallecimiento de su madre. Epístola Musical

Fecha de publicación: 17 de enero de 2012

ENCICLOPEDIA DE LA MÚSICA CLÁSICA. Continuamos con las cartas de Mozart. Tras la escrita a su padre el 3 de julio, y que transcribimos en el capítulo anterior de nuestras Epístolas Musicales, Mozart escribe al abate Bullinger, preceptor y amigo de la familia, una delicadísima carta con el propósito de que vaya preparando a Leopold Mozart ante la muerte de su esposa Anna Maria Perlt. Como decíamos en el mencionado capítulo aquí Mozart se desahoga con el preceptor. Escribe así, recordemos, a las dos de la madrugada del día 4 de julio de 1778:

LA MÚSICA CLÁSICA Y LA LITERATURA EN CLASICA2

¡El mejor de los amigos!:

(Esto es para vos, no más)

¡Llorad conmigo, amigo mío! Este día ha sido el más triste de mi vida. Os escribo a las dos de la madrugada. Tengo que deciros esto: ¡mi madre, mi querida madre, ya no está! Dios la ha llamado junto a Él. Quería tenerla a su lado, lo veo claramente. Acepto su voluntad. Él me la había dado, podía también quitármela. Pero imaginad todas las angustias, las inquietudes y las zozobras que he pasado durante estos catorce días. Ha muerto sin darse cuenta, como una luz que se apaga. (…)

Me resulta imposible contaros toda la enfermedad. Me hago a la idea de que ha muerto. Dios lo ha querido así. Os suplico que me hagáis un favor de amigo: que preparéis a mi padre para esta triste nueva. Le he escrito por el mismo correo diciéndole simplemente que está enferma. Ahora espero su respuesta para saber lo que tengo que hacer. ¡Qué Dios le de fuerza y valor!¡Amigo mío!

Hace ya mucho tiempo que me he consolado. He soportado todo con firmeza, con la particular ayuda de Dios. Cuando el estado de mi madre era muy grave, sólo pedí dos cosas a Dios: en primer lugar, para mi madre, que no sufriera en sus últimos momentos, y después pedí para mí, fuerza y valor. Y el buen Dios me ha escuchado y me ha concedido estas dos gracias.

Así que os lo ruego, mi querido amigo, ayudad a mi padre, inspiradle valor para que, cuando conozca la noticia, no reaccione penosamente. Os recomiendo también de todo corazón a mi hermana. Id a verles pronto, os lo suplico. No le digáis que ha muerto; preparadles solamente para la noticia. Haced lo que mejor os parezca, para que pueda estar yo tranquilo y no tenga que esperar otra desgracia. Conservadme a mi querido padre y a mi querida hermana. Escribidme en seguida, os lo ruego. Adiós, soy vuestro.

Muy respetuoso y muy agradecido servidor

Wolfgang Amadé (sic) Mozart

AUDICION DE MÚSICA CLÁSICA EN CLASICA2

Nada se pueda añadir a esta emocionante carta de un atribulado joven Mozart. Únicamente la música clásica cabe tras este documento.

Os propongo como audición que acompañe la lectura de esta epístola el Coro “Lacrimosa” del Réquiem en re menor K 626 del compositor. Una obra que quedó inconclusa por la muerte de Mozart. Muchos son los musicólogos que apuntan que la escritura de esta obra es el resultado de la premonición de su muerte próxima, como así ocurrió.

Yo apunto la idea de si no serían los sentimientos de esta madrugada del 3 al 4 de julio de 1778 la que inspiró a Mozart para escribir el Réquiem. Una deuda con su madre que en trajín de la vida de Wolfgang no pudo pagar hasta el final.

Mozart enterró a su madre el 4 de julio en la pequeña iglesia de San Eustaquio. Un modestísimo funeral. Su madre merecía algo mejor.

Manuel López-Benito

Requiem de Mozart. Lacrimosa